La promesa del presidente de gobierno Pedro Sánchez, realizada el día de ayer 21 de junio junto al ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, de alargar cuatro semanas más (de 16 a 20) a tiempo parcial el permiso por nacimiento y cuidado de menor, provoca sorpresa y desazón en el arranque de la precampaña pues, pese a lo electoralmente efectista del anuncio, no supone una apuesta decidida por: 1) extender sustancialmente el tiempo real de cuidado de las criaturas en el hogar a cargo de sus progenitores; y 2) por la conciliación corresponsable, o lo que es lo mismo, por la igualdad de género.
En las declaraciones realizadas no hay mención alguna a una cuestión pendiente anterior que debe atajarse antes de una ampliación del actual permiso y que la PPIINA, apoyada por casi un centenar de asociaciones feministas, viene denunciando reiteradamente desde la reforma de 2019: la corrección de los fallos o “trampas” en la regulación que impiden que mayoritariamente los bebés sean cuidados hasta 30 semanas en sus hogares y los hombres padres sean corresponsables. Estos son: la obligatoriedad de que las primeras seis semanas se usen simultáneamente y la necesidad de un acuerdo con el empleador si se quieren tomar las 10 semanas voluntarias en diferido.
Los dos puntos anteriores dificultan que ambos progenitores se turnen en el cuidado autónomo de la criatura, lo que disminuye el tiempo de cuidado del bebé en el hogar y refuerza el rol de cuidador auxiliar del padre en lugar de promover un cuidado autónomo y en solitario por su parte, que es lo que realmente inicia en la corresponsabilidad y desafía los roles de género.
Actualmente, según el INSS, menos de uno de cada cinco bebés es cuidado en casa por sus progenitores hasta las 26 semanas posibles con permisos remunerados. La corrección de los fallos es sencilla, no cuesta un euro y podría hacerse ya mismo mediante un Decreto-Ley, en razón de su urgencia: reducir a dos semanas el periodo de obligatoriedad de uso sucesivo tras el nacimiento o adopción, y que baste una notificación simple al empleador para optar por periodos diferidos de disfrute.
Y así, de inmediato, sin tanto efectismo y sin ningún gasto para el erario, tendríamos una ampliación real de 16 a 30 semanas de cuidado en el hogar para la mayoría de los bebés. Este compromiso ya estaba en el Acuerdo de Gobierno de coalición PSOE-UP (punto 7.1) y no se ha cumplido en toda la legislatura: ¿por qué? ¿qué se va a hacer con este compromiso? ¿antes de hacer nuevas promesas, no deberían cumplirse las anteriores?
El ministro Escrivá indica, según las noticias, que hay una evaluación en marcha en su Ministerio y que “hay margen para ampliar el permiso” pero, que sepamos, dicha evaluación no se ha hecho pública. Por supuesto, la PPIINA está de acuerdo en que se amplíen los permisos, porque conocemos bien los beneficios que un aumento supondría para la infancia y para la igualdad de género, SIEMPRE Y CUANDO sea con un diseño que permita y fomente el uso igualitario, y SIEMPRE QUE una evaluación rigurosa demuestre que la mayoría de la población está usando de ese modo el permiso antes de ser ampliado. Si no, una ampliación solo servirá para aumentar la desigualdad en las tareas de crianza entre mujeres y hombres, y no supondrá una mejora sino un perjuicio para los bebés y las madres, además de un mayor gasto ineficiente de los recursos públicos.
A lo largo de la recién terminada legislatura, la PPIINA ha hecho llegar al Gobierno de muy diversas maneras no solo el razonamiento de las correcciones propuestas sino también la redacción concreta de las pequeñas modificaciones de los artículos del Estatuto de los Trabajadores y del Estatuto Básico del Empleado Público necesarias para tal fin. Por supuesto, continuamos a disposición de quien corresponda para seguir facilitando esta información y este asesoramiento.