Ante la presentación por el Gobierno del Proyecto de Ley de Familias para su tramitación en las Cortes, la PPIINA emplaza a todos los grupos parlamentarios a introducir, mediante enmienda, una pequeña rectificación -largamente demandada por esta organización- en el actual permiso por nacimiento y cuidado de menor, para hacer un uso más eficiente de los recursos públicos, mejorar el bienestar infantil y avanzar sustancialmente hacia la igualdad de género en las tareas de cuidado.
Desde la PPiiNA llevamos casi dos décadas analizando el sistema de permisos parentales en España e internacionalmente. Con el pequeño cambio legislativo mencionado, de coste cero en términos presupuestarios, se puede extender, de hecho, desde ya -sin esperar a la anunciada ampliación del permiso a 20 semanas-, el cuidado de la mayoría de bebés en el hogar hasta 30 semanas y reducir el coste de la universalización de la educación infantil, a la vez que se ponen pilares básicos para fomentar la corresponsabilidad: que los hombres participen más en el cuidado y las mujeres no sean relegadas en el mercado de trabajo.
La creación del permiso igualitario por nacimiento (sustituyendo tanto al de maternidad como al de paternidad anteriores) que se realizó en el Real Decreto-Ley 6/2019 ha sido un gran éxito en términos de uso masivo por parte de los padres-varones, con lo que ello implica de mejor cuidado de los bebés y las madres, menor discriminación laboral de las mujeres y mayor participación de los hombres en la asistencia a las criaturas. Sin embargo, el alto grado de disfrute simultáneo (padre y madre a la vez) de las 16 semanas de permiso (por encima del 75% de las familias, según datos de la Seguridad Social) indica que: 1) no se está aumentando mayoritariamente, más allá de las 16 semanas, el tiempo de cuidado de los bebés en el hogar por sus progenitores, sin pérdida de ingresos para la madre; 2) que los padres-varones no están cuidando autónomamente de sus criaturas durante periodos suficientemente largos como para hablar de corresponsabilidad; 3) que se siguen transmitiendo los roles de género desde la cuna (madre cuidadora principal, padre “ayudante”); y 4) que no se está aprovechando eficientemente el gasto público en los permisos.
Las causas de este alto grado de simultaneidad en el uso de los permisos y sus consecuencias negativas ya fueron descritas por la PPIINA en el momento de la promulgación del RDL 6/2019, y el tiempo nos ha dado la razón. Son básicamente dos sutiles “trampas” que se pueden conocer en detalle en la web de la PPiiNA. Llevamos reivindicando desde entonces que la corrección de estas dos “trampas” en la normativa modificará la forma de usar los permisos por la población, especialmente por parte de los hombres, y producirá todos los efectos beneficiosos mencionados más arriba. Este sencillo cambio consiste en que solo se fuerce a los padres a simultanear con las madres dos semanas (sin impedir que, quien quiera, lo haga más tiempo) y que se garantice el uso a tiempo completo del permiso en las fechas que requiera la persona trabajadora, mediante simple preaviso de 15 días al empleador.
Las cuatro semanas adicionales que el ministro de Derechos Sociales ha anunciado se incluirán vía enmiendas en la Ley de Familias para ampliar el permiso por nacimiento de 16 a 20 semanas, supondrán unos 800 millones de euros adicionales de gasto público. La PPIINA denuncia que, de acuerdo con la evidencia científica, si se incluyen estas cuatro semanas adicionales en la ley sin realizar simultáneamente la corrección de las “trampas” indicadas más arriba, la mayoría de bebés solo serán cuidados 20 semanas en el hogar por sus progenitores, en lugar de las 38 semanas posibles, más de 9 meses. La PPiiNA reclama que se modifique el diseño para que la prevista ampliación a 20 semanas repercuta en que los hombres cuiden autónomamente y durante más tiempo de sus criaturas. ¿Qué preferimos, como sociedad y como país? No es magia, es solo trasladar la abundante evidencia empírica a la práctica legislativa.
El momento de apostar por la igualdad de género y la corresponsabilidad en los cuidados es ahora, en el Congreso de los Diputados, y depende de sus señorías. Las enmiendas que presenten los grupos parlamentarios marcarán sus prioridades políticas, y la ley que diseñen y acuerden nos llevará, bien a perpetuar el rol de padres “ayudantes” en los cuidados y madres tomándose más y más excedencias o reducciones de jornada -con la correspondiente pérdida de ingresos y derechos sociales-, bien a ser un país modelo que avanza hacia la igualdad de género y bienestar infantil, donde se apueste por los padres corresponsables.